Hoy .. hoy es tu día. Muchísimas felicidades , y ojalá hoy estés más feliz que nunca .
Muchas gracias por todo lo que has hecho por mí desde que nos conocemos , que ya sé que no es mucho tiempo , pero sí el necesario para que me demostraras que eres una gran persona .
Gracias por cada sonrisa que has conseguido que sacara cuando se me caía el mundo , por cada vez que me has visto mal y me has hecho confiar en ti , por dejar que me desahogara , por cuidarme a tu modo , y por no haberme dejado sola .
Gracias por haberme demostrado cómo eres en realidad , por dejarme ver lo grande que puedes llegar a ser , por haberme hecho feliz estas últimas semanas .
Hoy .. cómete el mundo como me has enseñado , y sonríe como sueles hacer.
Que esto siga así mucho tiempo , por favor .
Muchísimas felicidades , "mejor amigo".
Seguimos enfadándonos por estupideces, queriéndonos a veces. Al fin de cuentas,sería imposible seguir sin saber que estás aquí.
No me dejes, mi vida, no me dejes, que no puedo sin ti. No me dejes, aún no..
Ya ves, sigues siendo el primer pensamiento al despertar, un desgarro de mi alma sigue vivo en mí, que pasa el tiempo y no mis ganas. ¿Qué tal? Si quieres que te diga la verdad, no he dejado ni un segundo de pensar en ti, mi perfume es el aroma del último beso que te di, se me olvidaba que no volverías.. cuánto tiempo sin verte, no dejé de quererte, vivir con tu recuerdo no me es suficiente.
Subimos hasta el último piso y de ahí a la azotea, al principio me asusto, y empiezan los vértigos, él lo nota y me coge la mano. Nos acercamos al filo, y miramos desde allí toda la ciudad, sigo sin saber qué hora es pero por la cantidad de luces que hay, debe ser madrugada. Él me empieza a susurrar "¿Ves? aquí ya no llegan tus problemas, no son tan grandes." Me estremezco al notar su voz en mi oreja y su aliento en mi cuello."Cuando tengas un problema más grande que todo esto..." hace un gesto para abarcar toda la ciudad "... valdrá la pena que vuelvas a ese sitio."
Y tenía razón, desde entonces, cada vez que tenía un problema subía a la azotea de mi edificio y desde allí me daba cuenta de que nada es tan importante como para volver a desear tanto acabar con todo como lo deseé yo aquel día.
Y tenía razón, desde entonces, cada vez que tenía un problema subía a la azotea de mi edificio y desde allí me daba cuenta de que nada es tan importante como para volver a desear tanto acabar con todo como lo deseé yo aquel día.

No hay comentarios:
Publicar un comentario