-Vaya, otra vez.. ¿te das cuenta? Sólo vienes cuando te interesa, y nunca para quedarte. Te paseas por aquí durante un par de días destrozando de un soplido el muro que construí durante meses. Entonces haces como siempre, llegas, sonríes y ya tienes todo ganado.. Y cuando más te necesito te largas, te piras, te vas, te marchas, y no puedo hacer nada más que intentar olvidarte. Y lo peor no es eso, no. Lo peor llega cuando estoy a punto de conseguirlo, cuando ese 'él' comienza a sonar a otro nombre diferente al tuyo. Lo que pasa es que eso te mosquea, ¿verdad? Que mi vida no dependa ya de ti, que sea otro el que pueda tenerme.. Porque, al fin y al cabo, te gusta que esté detrás de ti todo el día aunque ni siquiera me prestes atención, que esté las 24h a tu puta disposición.. y cuando creo que eso se ha acabado, pum. De nuevo, te acercas para ver si está todo como lo dejaste, si ese 'nuevo amigo mío' ha cambiado algo, y efectivamente.. pero eso es algo que logras arreglar en cuento sonríes y consigues que vuelva a enamorarme de ti. Solo necesitas un par de promesas que jamás cumplirás y una tonta como yo que las crea; pero nos hemos ido del tema. Lo que me jode es que cuando ya lo tienes todo controlado y mi mente ya se ha tomado la molestia de pensar que esta vez te quedarás para siempre, huyes de nuevo, otra vez. Y siempre lo mismo, y es verdad que siempre caigo, pero estoy empezando a cansarme de volver a montar este muro antisufrimiento cada vez que decides desaparecer de mi vida sin decir nada, y juro que llegará un día en que el muro sea lo suficientemente resistente como para que tu mirada no logre derrumbarlo en un segundo.. y un día como hoy, cuando esté con otro, vendrás y me dirás que me echas de menos.. pero yo ya no estaré.
-Pero es cierto, te echo de menos.
-Ya claro.. ¿y a todo lo demás no tienes nada que decir? Ahora vuelves a decirme que de pronto, te has acordado de mí y te has dado cuenta de que te importo..
-No puedo acordarme de ti..
-¿Por qué?
-Nunca te he olvidado.
-Adiós muro.
Seguimos enfadándonos por estupideces, queriéndonos a veces. Al fin de cuentas,sería imposible seguir sin saber que estás aquí.
No me dejes, mi vida, no me dejes, que no puedo sin ti. No me dejes, aún no..
Ya ves, sigues siendo el primer pensamiento al despertar, un desgarro de mi alma sigue vivo en mí, que pasa el tiempo y no mis ganas. ¿Qué tal? Si quieres que te diga la verdad, no he dejado ni un segundo de pensar en ti, mi perfume es el aroma del último beso que te di, se me olvidaba que no volverías.. cuánto tiempo sin verte, no dejé de quererte, vivir con tu recuerdo no me es suficiente.
Subimos hasta el último piso y de ahí a la azotea, al principio me asusto, y empiezan los vértigos, él lo nota y me coge la mano. Nos acercamos al filo, y miramos desde allí toda la ciudad, sigo sin saber qué hora es pero por la cantidad de luces que hay, debe ser madrugada. Él me empieza a susurrar "¿Ves? aquí ya no llegan tus problemas, no son tan grandes." Me estremezco al notar su voz en mi oreja y su aliento en mi cuello."Cuando tengas un problema más grande que todo esto..." hace un gesto para abarcar toda la ciudad "... valdrá la pena que vuelvas a ese sitio."
Y tenía razón, desde entonces, cada vez que tenía un problema subía a la azotea de mi edificio y desde allí me daba cuenta de que nada es tan importante como para volver a desear tanto acabar con todo como lo deseé yo aquel día.
Y tenía razón, desde entonces, cada vez que tenía un problema subía a la azotea de mi edificio y desde allí me daba cuenta de que nada es tan importante como para volver a desear tanto acabar con todo como lo deseé yo aquel día.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)

No hay comentarios:
Publicar un comentario